Uno de los miedos más comunes para los propietarios de viviendas en alquiler es cómo solucionar el problema cuando uno de los inquilinos no paga el alquiler. Para ello, acudir a la vía judicial puede ser la única manera de solucionar el problema. En este artículo te contamos tus opciones y lo que ofrece la ley para echar a un inquilino que no paga el alquiler.
Si tienes problemas con un inquilino, es posible que tengas que acudir a la vía judicial. Para ello, necesitas el asesoramiento experto de abogados cualificados. En la plataforma Easyabogado podrás encontrar abogados especializados que puedan ayudarte con tu caso.
El proceso para echar a un inquilino que no paga no es sencillo por lo que es muy importante contar desde el primer momento con el asesoramiento de abogados especializados en contratos de alquiler. Un abogado podrá asesorar sobre la manera correcta de proceder y los pasos que se deben cometer a cada momento.
En cuanto un inquilino no paga la primera mensualidad ya se podría proceder a la denuncia por impago ya que está incumpliendo uno de sus deberes marcados en el contrato de alquiler. Pero lo mejor, es esperar a contar con más mensualidades para asegurarnos de que no se produzcan otras complicaciones.
El primer paso será informar al inquilino a través de un burofax para reclamar por escrito la cantidad que se debe y el plazo marcado para realizar el pago antes de interponer la denuncia.
Si pasa el tiempo marcado en el burofax y el inquilino sigue sin realizar el pago ni informar de su situación al propietario, es posible interponer una demanda de desahucio por impago del alquiler.
Tras esta demanda se realizará un juicio en el cual el propietario solicitará la finalización del contrato de alquiler y el pago de las mensualidades sin cobrar, así como de las mensualidades futuras hasta que se produzca el desahucio. Además, podría reclamar también las costas procesales. Una vez se celebra el juicio y si se ha aprobado el desahucio, se procederá al desalojo del inquilino si no se ha producido por su propia voluntad.
Un propietario puede interponer una orden de desahucio a un inquilino desde el primer momento en el que esté no cumple con su obligación de pagar cada mensualidad.
Cuando se firma un contrato de alquiler, el inquilino está obligado a pagar las cuotas que se hayan estipulado y de la manera y frecuencia marcada en el contrato. Por ello, el propietario tiene derecho a reclamar el pago de dichas cuotas desde el día siguiente a que no se hayan pagado. La ley establece que cuando se produce el incumplimiento de las obligaciones de una de las partes, la otra tiene derecho a solicitar la finalización del contrato.
Legalmente no existen más requisitos ni plazos para que no se pueda solicitar la finalización de un contrato de alquiler por impago.
El proceso de desahucio tiene una media de 6 meses en España, pero puede tardar más dependiendo de la situación concreta y de varios factores.
Por ejemplo; cuando el inquilino se opone a la demanda de desahucio, el proceso se complica y se vuelve más largo. Otro factor importante es la situación del juzgado y el número de demandas que haya en ese momento.
Estos dos son solo dos de los factores que pueden complicar el proceso de desahucio y, por lo tanto, convertirlo en algo tedioso.
Legalmente no están fijados los precios para determinar cuánto costaría el proceso de echar a un inquilino por impago. Además, los honorarios de un abogado a otro pueden variar.
Los costes también pueden variar dependiendo del objetivo del propietario, es decir, no es lo mismo reclamar simplemente la recuperación del inmueble, que reclamar también el pago de las mensualidades. El precio medio de un desahucio puede estar en alrededor de 600€, a lo que habría que sumarle cantidades dependiendo de lo que se esté reclamando.
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