Cuando
surgen conflictos legales existen varios procedimientos para llegar a una
solución. Dos de estos métodos son la mediación y el litigio. Aunque ambos
procedimientos tienen como objetivo resolver disputas, existen diferencias
significativas en su enfoque, coste y duración.
La diferencia
principal entre mediación o litigio es que en el litigio es el acto de resolver
el conflicto ante un tribunal. En el proceso judicial las dos partes presentan
su caso ante un tribunal y este es el encargado de dictar sentencia.
La mediación es
un acto de Resolución Alternativa de Conflictos en la que interviene un
mediador. El mediador es el encargado de ayudar a las partes a buscar una
solución beneficiosa para ambas.
Entre ambas la mediación es menos costosa y más rápida de resolver, mientras que el litigio requiere de más recursos por lo que se tendrá que invertir más tiempo y dinero.
Durante la
búsqueda de una solución el control que tendrán ambas partes también tiene sus
diferencias. En el caso de la mediación ambas partes pueden colaborar en la
toma de decisión, ya que el trabajo del mediador es ayudarles a encontrar una
solución óptima para ambas partes, mientras que en el litigio será el juez el
encargado de tomar la solución final.
Además de
estas diferencias la mediación suele ser un acto privado, mientras que el
litigio es un acto público que quedará registrado.
La
mediación es utilizada para resolver una gran variedad de casos de manera
amistosa y rápida. Los casos que no pueden resolverse a través de la mediación
son aquellos en los que se ha violado la ley o los Derechos Humanos, cuando no
hay voluntad por una de las partes o cuando se debe denunciar lo sucedido.
En el ámbito
civil, los casos más comunes en los que se suele acudir a mediación son
aquellos en los que hay una relación entre las partes. Por ejemplo; entre
amigos, vecinos o familias. En estos casos encontramos problemas por obras en
el vecindario o herencias entre familiares. Los conflictos entre inquilinos y
propietarios también suelen resolverse a través de la mediación.
En el ámbito
mercantil, podríamos mencionar casos en los cuales una empresa se retrase en el
pago a otra o cuando el determinado producto de una empresa puede hacer daño a
un particular.
En el caso de mediación el papel del abogado será analizar el caso y asistir a su cliente en todo momento durante el proceso, preparando toda la documentación que sea necesaria durante el caso y asesorando de manera correcta.
El litigio
puede resolver todos aquellos casos en los cuales dos partes no hayan sido
capaces de llegar a un acuerdo y, por ello, necesiten que sea el juez el que
solucione el conflicto mediante una sentencia.
Las disputas
que se resuelven a través de un litigio pueden ser de todo tipo, desde casos civiles como reclamaciones de
seguros hasta casos penales como delitos graves.
En el litigio
una de las partes tendrá que comenzar interponiendo una demanda y la parte
demandada tendrá que ofrecer una respuesta negando o aceptando el hecho.
En el caso de
un litigio el abogado actuará como asesor del cliente informando de las
acciones a tomar en cada momento, incluyendo la valoración del caso y la
defensa ante el tribunal.
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