El acoso laboral es un acto delictivo ya que existe una vulnerabilidad de los derechos del trabajador. Suele ser un tema difícil de denunciar al necesitar de pruebas solidas y concluyentes para poder hacerlo. Por ello, es importante recibir asesoramiento legal adecuado que ayude a resolver cada caso.
Las víctimas de acoso laboral el primer paso que deberán realizar es consultar el protocolo de su empresa (en caso de que exista) ante los casos de violencia o acoso laboral. Posteriormente deberían informar al representante de su sector laboral y al Comité de Seguridad y Salud de la empresa.
Otro paso sería avisar a la Dirección de la empresa y denunciar los hechos ante Inspección de Trabajo y/o ante los tribunales competentes.
Existe un determinado procedimiento que se debe seguir en caso de acoso laboral en defensa de los derechos de los trabajadores y con el objetivo de que no afecte a su futuro laboral.
Si la persona presenta una denuncia ante la Inspección de Trabajo, un inspector tendrá que visitar el lugar de trabajo para comprobar los hechos denunciados. El trabajador también puede solicitar la extinción de su contrato de trabajo por acoso laboral teniendo derecho a la indemnización correspondiente.
La víctima podrá disponer una demanda a través del procedimiento ordinario laboral. En ella, podrá solicitar la suspensión del contrato laboral, el traslado o la reordenación de su jornada y/o otras medidas que afecten al acosador.
También podrá hacer uso de otro procedimiento por daños y perjuicios cuando la víctima sufra consecuencias derivadas del acoso laboral sufrido.
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Para poder demostrar que se sufre acoso laboral se deben recopilar pruebas sólidas y presentarlas junto con la demanda. Algunas de estas pruebas son las siguientes:
El acoso laboral es una situación que se produce en el ámbito laboral en la cual se acosa a un trabajador de forma continuada. Estos hechos corresponden a un delito y siempre deben ser denunciados. Existen diversas formas de acosar a un trabajador.
En cuanto a las relaciones personales se puede considerar acoso laboral cuando la otra persona (ya sea compañero o superior) ignora al trabajador, se niega a comunicarse con él o le responde de manera violenta. Las críticas constantes hacia las tareas que realiza el trabajador provocando que esté las realice con miedo a ser criticado también es considerado acoso laboral.
En algunos casos concretos al trabajador se le asigna demasiadas tareas siendo consciente de que no será capaz de cumplimentarlas. O el caso contrario, no asignarle tareas para poder acusarle de incompetencia.
Obligar a un trabajador a realizar tareas que ponen en peligro su integridad fisica sin las medidas de seguridad adecuadas, también puede ser un motivo de acoso laboral. Y, por supuesto, las amenazas son el tipo de acoso laboral más común y más generalizado. Las insinuaciones provocativas o proposiciones sexuales es una muestra clara de acoso laboral.
Para que se produzca acoso laboral existen una serie de requisitos: que el acoso laboral sea prolongado y sistemática, que la actuación sea hostil y que el objetivo sea perjudicar al trabajador.