A la hora de enfrentar un juicio, hay que tener en cuenta un concepto importantísimo y que muchas veces cae en el olvido. Las costas judiciales son aquellos gastos que se generan durante un procedimiento judicial, incluyendo honorarios de abogados, procuradores, peritos y otros costes asociados a un juicio. ¿Cómo se determina quién debe asumir estos gastos? Depende de varios factores, aunque como norma general es la parte perdedora quien hace frente a las costas judiciales, un principio regulado en la Ley de Enjuiciamiento Civil (artículo 241 y 394), en la que se establecen las normas para la condena en costas según el resultado del litigio.

Ahora bien, hay excepciones a esta regla ya que en algunos casos, el juez puede decidir que cada parte asuma sus propios gastos si considera que no hay una victoria clara o que el litigio no justifica una condena en costas. Además, en los juicios por derechos fundamentales, el juez puede eximir a la parte ganadora del pago de las costas, exceptuando que actúe con mala fe o temeridad.

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Proceso para determinar quién pagar las costas de un juicio

La decisión acerca de quién debe pagar las costas recae en el juez, quien analizará las circunstancias de cada caso. En términos generales, el proceso se lleva a cabo en la sentencia final, en la cual quedará establecido si la parte perdedora debe asumir todos los gastos generados durante el proceso judicial. Esta evaluación incluye factores como la proporcionalidad y la razón de cada parte en el litigio.

Si ambas partes obtienen resultados parciales o el juez concluye que ninguna ha ganado por completo, es posible repartir las costas o asumir que cada parte asuma las suyas. También se puede dar el caso de que ambas partes lleguen a un acuerdo extrajudicial sobre el pago de las costas. En cualquier caso, el juez tiene discrecionalidad para ajustar esta medida, evaluando la responsabilidad y conducta de ambas partes durante el proceso.

En cuanto a la parte ganadora, debe emprender el proceso de tasación de costas, aquel procedimiento que le permite evaluar el importe de los gastos a reclamar a la parte perdedora. Después, la parte perdedora tiene 20 días hábiles para efectuar el pago. Si transcurre dicho periodo sin hacer el abono, es cuando la Justicia empieza a moverse. 

Los costes de la condena

Los costes de una condena en costas suelen abarcar diversos gastos que se generan a lo largo del proceso judicial. Entre estos, se encuentran:

1. Honorarios de abogados y procuradores: Incluye la representación y asesoría legal de ambas partes.

2. Honorarios de peritos judiciales: Gastos de expertos cuya intervención es fundamental para resolver cuestiones técnicas en el juicio.

3. Tasa judicial: Esta tasa, que varía según la cuantía del litigio, la debe abonar el demandante al presentar la demanda.

4. Gastos de desplazamiento y alojamiento: Si el juicio se celebra en una ciudad distinta a la del domicilio de alguna de las partes, estos costes pueden sumarse a las costas.

5. Otros gastos: Aquí se incluyen costes de pruebas documentales, copias de documentos y notificaciones.

Ten en cuenta que es fundamental que en la sentencia quede especificado si se impone una condena en costas; en caso contrario, cada parte asumirá sus gastos. 

Consecuencias de no pagar las costas judiciales

Si la parte condenada en costas (aquel obligado a pagar las costas judiciales) no cumple con la obligación, la parte ganadora puede solicitar la ejecución de la sentencia. Esto implica empezar un proceso de ejecución en el juzgado para que se tomen medidas de recuperación de la deuda pendiente. Y cuidado, ya que en este proceso el juzgado puede embargar bienes, retener salarios o bloquear cuentas bancarias hasta que se reponga el dinero que se debe.

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